Insultos, agresiones y sin retiro digno: la dura vida laboral de un árbitro en México
“Los árbitros de fútbol deben ser considerados como empleados de la Federación con todos los derechos laborales y no pueden ser vistos como simples afiliados”. Con esta sentencia, el Tribunal Superior de México le ha dado dignidad a la profesión de árbitro. Por surrealista que parezca, hasta hace menos de un mes todos los colegiados mexicanos recibían el trato de un agente de seguros de cuarta fila: cobraban de forma directa o indirecta de los clubes de la Liga MX, sin ser considerados empleados de la Federación Mexicana de Fútbol -FMF-. Esta discriminación ha cambiado gracias al fallo del Tribunal, dando la razón al ex colegiado Arturo Serratos, que tras estar arbitrando 11 años al máximo nivel pidió una jubilación digna.
En la demanda por despido injustificado, Serratos reclama el pago de los días de vacaciones, el finiquito y una inscripción retroactiva al Instituto Mexicano del Seguro Social, que se calcularían en base a lo que ingresaba mensualmente de promedio, unos 19.600 pesos -930 euros-. La FMF alegó que no existía una relación de patronal a subordinados con los árbitros, y que sus salario son honorarios que aportan los clubes, pero los jueces vieron que ese argumento no se sostenía en el fútbol de élte. El abogado de la Asociación Mexicana de Árbitros -AMA-, Marco Antonio García, remarcó este sinsentido. "Desde un punto de vista legal, constitucional es la de un trabajador por la razón de que están subordinados, ellos no pueden ejercer libremente el arbitraje, la única manera es que esté subordinado a una Liga o a la FMF", explicó en Reforma.